El día del Watusi regresa esta temporada después de haber obtenido los premios a la Mejor Obra Teatral, al Mejor Actor (Enric Auquer que ya no está en la reposición) y al Mejor Actor de Reparto (Guillem Balart, actual protagonista) en 2024. Aunque hayan cambiado algunos de los intérpretes, los antecedentes de éxito predisponen a pasar una buena tarde-noche.
Francisco Casavella escribió El día del Watusi en forma de trilogía, compuesta por Los juegos feroces (2002), Viento y joyas (2002) y El idioma imposible (2003), que lo consagró como una figura literaria destacada en la narrativa española. Es una visión muy pesimista de la transición española que deja de lado momentos cruciales de la época, como la muerte del dictador, los 40 años de represión, la legalización de los partidos políticos y la ilusión por una democracia parlamentaria. El autor ha elaborado un retrato de la parte más oscura de la época, en el que deja constancia de que no todo fue fácil.
Esta trilogía fue adaptada por Iván Morales en formato teatral en tres actos. Morales, es además el director y describe a la perfección el entorno del barraquismo de Montjuïc de los años setenta, las dificultades para sobrevivir y la ilusión por salir de allí. El protagonista (Fernando Atienza en la novela) nace en este lugar en el que la supervivencia era una prioridad; y sin que él lo decidiera se introduce en la BCN más dura y descarnada. En entornos precarios es necesario tener figuras míticas que los alejen de todo aquello. Fue el Watusi quien acompañaría durante toda su vida al protagonista de esta historia, un Guillem Balart que se deja la piel en cada representación, que sabe cómo transmitir la sensación de impotencia cuando es arrastrado por caminos a los que no hubiera querido entrar nunca.
En un escenario sencillo pero que ocupa toda la planta del teatro se mueven los actores y actrices de punta a punta con muy pocos elementos escénicos (salvo los instrumentos musicales) que van apareciendo y desapareciendo en cada acto. De la sala sólo están disponibles la mitad de las butacas, por lo que todo queda más recogido y sentimos a los intérpretes más cerca. Anna Alarcon, Eduard Alves, Artur Busquets, David Climent, Raquel Ferri y Vanessa Segura representan a diferentes personajes en las tres partes de la obra e incluso, dentro de la misma parte. Es un esfuerzo titánico para todos y una impresionante exigencia corporal y vocal. Todos interpretan y tocan varios instrumentos sobre el escenario bajo la dirección musical de Jordi Busquets. Un movimiento continuo y una gran versatilidad que mantiene al público que llenaba la sala Fabià Puigserver del Teatre Lliure de Montjuic clavado en las sillas durante las más de cuatro horas que dura el espectáculo.