Una obra tierna, simple y sin mucho movimiento escénico que cautiva desde un primer momento. Tres actores en su peor momento nos presentan la magia del clown.
Sin fomentar la risa, uns gestos (a veces crueles) van creando pequeños momentos que el público aplaude y ríe. Aquel niño escondido que todos tenemos sale sin ningún tipo de problema. Momentos para recordar como el juego de las latas de cerveza y el de las fuentes mágicas. Así como lo de los cubos de agua. Aunque es verdad que todos los momentos son memorables.
Una joya de la cartelera teatral, que La Seca nos regala de vez en cuando. Una recomendación 100%, imprescindible a pesar de que hay tiempo hasta el próximo domingo.
El gag o la magia del vals con fuentes mágicas de cerveza queda para el recuerdo. Desde el inicio de la sonrisa, las risas y posteriormente de la emoción de este juego; es el que me llevaré dentro mío.
Y mi entrada al escenario, a la pista grande de este circo … pues aquí