La Eurovisión del pensamiento

Concours européen de la chanson philosophique

Concours européen de la chanson philosophique
12/02/2020

Hacer una especie de festival de Eurovisión con canciones escritas por filósofos es una idea original y ocurrente. Este espectáculo, de hecho, vive de esta única idea y la intenta explotar todo lo que puede, a pesar de que las bases que se ha puesto -todo concurso necesita unas bases- hace que se vea encorsetado y limitado. Habría estado bien partir de aquí y acabar teatralizando la propuesta, hacer que el concurso traspasara sus límites y nos mostrara su carácter filosófico con hechos, no con comentarios.

Las diez canciones interpretadas, todas representantes de algún país europeo, han sido encargadas a diferentes filósofos y pensadores del continente. Todas tienen su particular puesta en escena, su música en directo y las voces de los polifacéticos Dominique Hunziker y Davide De Vita. A pesar de su impacto, he echado de menos algo más de sentido del humor (Sílvia Abril y Massimo Furlan hacen lo que pueden, con un guion muy mínimo) y una cierta mirada crítica. Pero lo peor de todo han sido las opiniones del jurado, que lejos de ser un jurado de expertos estaba más cerca de un grupo de tertulianos televisivos al uso. Cuántos minutos gastados para tan pocas aportaciones útiles… El concurso acaba, finalmente, con un país ganador que se escoge entre los votos del público y de los comentaristas. En mi función ganó Alemania, pero está claro que el espectáculo evoluciona y se transforma según la ciudad, los espectadores y los invitados o opinadores de la gala.

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