Tatakai es un bar que tiene como propietarios a tres bailarines de tap. Un local que abrieron con esperanza de que se convirtiera en una plataforma para hacer oír su voz. Un espacio donde pudieran bailar, tocar música, ensayar, crear, hacer jam y a la vez enseñar a todo el mundo que quisiera tomar un café, un refresco o una copa. Y así lo hicieron, pero lo que no tardaron en descubrir es que un bar no es sólo sus propietarios, sino que también sus clientes. Y ellos también tienen una voz que debe hacerse sentir.

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