Sinopsis
Han pasado veintitrés años desde que La Ribot diera comienzo a Las Piezas distinguidas y el proyecto no ha dejado de desplegarse y transformarse desvelando cada vez nuevas capas y significados. Las Piezas distinguidas, acciones cortas organizadas en serie, han sido presentadas en varios dispositivos, pasando del teatro a la galería de arte. Another Distinguée, la nueva serie de piezas estrenada ahora, añade al proyecto un nuevo estrato llevándolo a un lugar sorprendente en el que, todo lo creado hasta ahora, adopta un nuevo significado.
Another Distinguée es una invitación al olvido y a la vez, paradójicamente, un ejercicio de memoria. La memoria es caprichosa y no admite ningún control sobre lo que produce. La memoria construye sus relatos como si fueran nuevos cada vez y para ello desplaza, repite, inventa, añade, reprime, etc.
En ese sentido, Another Distinguée no sólo nos lleva a algo nuevo sino que, sobre todo, nos empuja a lo desconocido. La claridad característica de las piezas anteriores se ha transformado ahora en un espacio de sombras, en una oscuridad gráfica, casi onírica en la que el cuerpo de La Ribot ha dejado de ser un fetiche para la mirada del espectador y se ha convertido es una especie de presencia multiplicada que se desliza y atraviesa otros cuerpos posibles. Heroína y superhéroes, guerreros, sirenas… La Ribot y sus compañeros se inventan en cada pieza una nueva identidad para olvidarla en la siguiente.
Another Distinguée invita a adentrarse en un espacio particular, en un lugar característico y único que se puede designar como un «cubo negro». El espacio apela a la experiencia individual y directa: cada espectador debe hacerse cargo de su propia presencia y es libre para decidir dónde y cómo quiere estar en cada momento. Pero no solo tendrá que tener en cuenta los otros cuerpos que le acompañan en el espacio. En Another Distinguée no sólo hay sombras: una enorme presencia oscura, opaca y siniestra gobierna este lugar estableciendo un principio de invisibilidad que multiplica al infinito los posibles puntos de vista y que limita profundamente cualquier intento de controlar visualmente lo que sucede. La única salida aquí es aceptar la derrota visual y entregarse a lo que cada uno de nuestros cuerpos es capaz de hacer y entender.
Jaime Conde-Salazar