En Nomad, el coreógrafo y bailarín belga Sidi Larbi Cherkaoui nos descubre un mosaico de elementos que habitan en el desierto.
Este paisaje desolado es una metáfora de la libertad final, pero también de la imposibilidad de sobrevivir.
Los bailarines-nómadas parecen aislados en este entorno, que también puede ser una representación del mundo actual, el cual, a ojos de algunos grupos minoritarios, puede parecer un lugar peligroso para vivir.
En el espectáculo se vislumbran criaturas que, de manera fluida, se adaptan a las condiciones más duras: dunas de arena que cambian de forma, el viento que de repente se transforma y cambia de dirección, y animales y seres humanos que padecen la intensa sed física, emocional y espiritual del desierto. Y, por encima de todo, prevalece el espíritu de unión, amistad y simbiosis, clave para la supervivencia en un mundo árido.
Con un estilo muy personal y con un interés claro por la multiculturalidad y la exploración por la identidad social, el coreógrafo belga Sidi Larbi Cherkaoui ha obtenido un gran número de galardones de prestigio. Ha trabajado con numerosos artistas de la talla de Akram Khan, Damien Jalet, María Pagés o Shantala Shivalingappa, entre otros. Desde setiembre del 2015 es director del Real Ballet de Flandes.
