En el mundo hay suficientes mediocres famosos y ricos como para que los demás podamos soñar. Al final todo es cuestión de aceptarse a uno mismo y huir hacia adelante. Oda a la mediocridad es una oda a eso mismo.
Sinopsis
Me llamo Miguel Escribano y soy bastante mediocre. Seguramente tú también lo seas. Por pura definición, eh, no te vayas a molestar ahora conmigo. Tenemos que aceptar que nunca seremos Usain Bolt ni Agatha Christie. Lo normal es no ser excepcional. Es lo que hay.