Cinco de los artistas más reconocidos y sugerentes de la escena flamenca actual invocan la figura del “duende”, el misterio y la fuerza irrepetible que Federico García Lorca definió como el alma misma de la creación.
Sinopsis
En la segunda sesión de Martinicos le di a mi cuerpo el viernes 11, David Lagos y Alfredo Lagos llevan el flamenco a la palabra y la música con un concierto de cante y guitarra que bebe de Lorca, pero también de Alberti y de Miguel Hernández. El concierto es una reflexión sobre el destino inevitable, la luz y la penumbra, la fiesta y el duelo, la verdad última que solo el arte es capaz de sostener.
Este es un viaje escénico y musical por la luz y la sombra, la vida y la muerte, el cuerpo y la voz. Toma la forma de dos espectáculos, independientes y a la vez conectados, que se pueden ver los días 10 y 11 de julio. Ambos dialogan con la fuerza y el instinto de la tradición en busca de ese duende, tan deseado y siempre tan esquivo, aquí llamado coloquialmente Martinico.
Si algo define al flamenco es su capacidad de conmover, de encender el aire y de transformar el dolor en belleza. Martinicos le di a mi cuerpo nos ofrece dos visiones complementarias de un arte que, arraigado en la tradición, continúa reinventándose con una pasión que no se cansa de renacer.
La propuesta surge en el marco de la exposición “En el aire conmovido… Imagen, emoción, utopía”, comisariada por Georges Didi-Huberman en el CCCB, que toma como punto de partida el Romance de la luna, luna, el primer poema del Romancero Gitano de Lorca.