El mito de Orfeo es uno de los más oscuros y más llenos de simbolismo de toda la mitología helénica. De orígenes antiquísimos, Orfeu es el cantante por excelencia, el músico y el poeta. De él se decía que sabía cantar y tocar unos cantos tan delicados que las bestias salvajes le seguían, el reino vegetal se inclinaba hacia él y los hombres más feroces se calmaban totalmente.
Sinopsis
Por otra parte, con motivo de la boda de María de Médici y Enrique IV, rey de Francia, en la Florencia de los Médici del año 1600, Jacopo Peri y Giulio Caccini habían estrenado su Euridice, considerada la primera ópera (hoy tristemente desaparecida). En oposición a este evento, Vicenç Gonzaga, duque de Mantua y ferviente amante de las artes, quiso contraatacar con el encargo y estreno de una nueva ópera. Un movimiento artístico pero también político. Así nacía El Orfeo de Claudio Monteverdi.
Orfeo, favola in musica, estrenada el 24 de febrero de 1607 en una pequeña sala del Palacio Ducal de Mantua, es casi la primera ópera o, en todo caso, la más antigua conservada completa. Era el inicio de una nueva era: el Oracolo della musica ponía en práctica el lenguaje experimental que ya utilizaba en sus últimos madrigales, desarrollando un nuevo lenguaje sonoro que representaría la transición entre el Renacimiento y el Barroco. El texto literario asumía una perfecta comunión con la música, y se convirtió en un entretenimiento cortesano de enorme interés y de posibilidades ilimitadas.
En el podio, René Jacobs, conocedor único de estos repertorios, cierra el retrato-encargo realizado por el Teatre de revisar tres Orfeos operísticos: Telemann, Gluck y Monteverdi. Jacobs, aclamado como uno de los directores predilectos del público en este período musical, nos adentrará en los misterios de esta partitura, que conserva toda su modernidad pese a tener más de 400 años de vida.