Israel Galván y Sylvie Courvoisier se unen para presentar La consagració de la primavera de Stravinski.
Ni uno sabe leer música ni la otra sabe transmitirla con el cuerpo. Pero los dos forman un tándem perfectamente sincronizado y se aventuran en la interpretación del excitante La consagració de la primavera de Stravinski. El reto de Galván? Reflejar la agresividad de la música a través de el movimiento y la percusión creada con su cuerpo. El reto de Courvoisier? Fusionar su piano con el de Cory Smythe para seguir las pulsaciones rítmicas de Galván y, a la vez, guiar el bailarín por una partitura llena de ritmo y cambios. Un trabajo lleno de sorpresas y riesgo.