Sinopsis
Dos mujeres, dos amigas, recuerdan el tiempo en que aún no se conocían, exponen sus dudas, revelan sus miedos y celebran su amistad. Relatar el argumento de Fugadas es tan fácil como eso. Pero la obra es mucho más, aunque sea muy difícil de concretar: ¿Un viaje de la soledad a la compañía? ¿Una pesquisa en torno a la imagen que tenemos de nosotros mismos y el contraste con la manera que los demás tienen de vernos? No lo sé… Puede que sí… Tal vez.
Fugadas es una pieza delicadísima; una bella y fascinante filigrana de silencios y sonrisas; una suma de pequeños fogonazos que iluminan el territorio siempre hostil de las relaciones en las ciudades contemporáneas. Porque es una obra urbana que transcurre en tiendas del centro, autobuses y barrios de extrarradio, con ventanas abiertas sobre montañas de escombro y vagones de metro atestados de desconocidos que jamás miran de frente. Un panorama aparentemente agresivo de repente suavizado por la luz de unos ojos risueños y unas palabras amables. Fugadas es un viaje de ida a la esperanza, un discreto y gozoso puñado de felicidad para sobrevivir a los días oscuros.