Cuerpo místico de Celia Espadas, es un espectáculo que pretende hablar de esta dualidad de cuerpos. El cuerpo social, o publicitario, frente al cuerpo escultórico, o artístico. Habla de la dicotomía entre forma y expresión, entre contenido y contenedor.
Sinopsis
El cuerpo ha dejado de ser cuerpo para ser imagen de un cuerpo. Un cuerpo estático, formal, puro, limpio y liso. Un cuerpo vacío, olvidado de experiencias y de la memoria, porque estas dejan huella. No queremos el paso del tiempo, ni cicatrices, ni arrugas, ni un gramo de más, ni gravedad. No queremos vida. El cuerpo frente a la vida. El cuerpo como fachada de la nada, como hostal para otros cuerpos. Cuerpos con cuerpos. Cuerpos para ser aprobados, para ser consumidos.
Nuestro cuerpo como objeto. Como falsa apariencia, como engaño. Las mentiras del cuerpo. Nos privamos, nos culpamos, nos obligamos en un engañoso “cuidar” de nuestro cuerpo. Lo estamos olvidando, nos estamos olvidando de él.
Sin embargo, el cuerpo ha sido siempre plasmado en el arte como excusa representativa de la emoción, de la sensibilidad. El escultor, partiendo de un simple alambre, da forma a un cuerpo. Con paciencia, con tiempo e insistencia. Barro sobre barro. Materia abstracta que resulta acabar en forma. En cuerpo. Un cuerpo que evoca sin hablar, sin moverse. Un cuerpo que expresa sin pretender, que evoca sin mentir.
El cuerpo ha dejado de ser cuerpo para ser imagen de un cuerpo. Un cuerpo estático, formal, puro, limpio y liso. Un cuerpo vacío, olvidado de experiencias y de la memoria, porque estas dejan huella. No queremos el paso del tiempo, ni cicatrices, ni arrugas, ni un gramo de más, ni gravedad. No queremos vida. El cuerpo frente a la vida. El cuerpo como fachada de la nada, como hostal para otros cuerpos. Cuerpos con cuerpos. Cuerpos para ser aprobados, para ser consumidos.
Nuestro cuerpo como objeto. Como falsa apariencia, como engaño. Las mentiras del cuerpo. Nos privamos, nos culpamos, nos obligamos en un engañoso “cuidar” de nuestro cuerpo. Lo estamos olvidando, nos estamos olvidando de él.
Sin embargo, el cuerpo ha sido siempre plasmado en el arte como excusa representativa de la emoción, de la sensibilidad. El escultor, partiendo de un simple alambre, da forma a un cuerpo. Con paciencia, con tiempo e insistencia. Barro sobre barro. Materia abstracta que resulta acabar en forma. En cuerpo. Un cuerpo que evoca sin hablar, sin moverse. Un cuerpo que expresa sin pretender, que evoca sin mentir.
- Dramaturgia:
Celia Espadas - Escenografía:
Antonio Espadas - Audiovisuales:
Biivisual - Vestuario:
Tiscar Espadas - Coreografía:
Celia Espadas - Música:
Oscar Villalonga - Diseño gráfico:
Sergio Lairisa - Año de la producción: