Bonobo 2.0 escrita y dirigida por Josep Julién, explica, como si fuera una road movie, la fuga accidentada y desesperada de Fadi por todo el Estado. Moha Amazian protagoniza esta historia con la tensión de un thriller.
Sinopsis
NOTA DEL DIRECTOR
La tarde del veintiuno de agosto del 2017, Younes Abouyaaqoub, un chico de 22 años y vecino de Ripoll, fue abatido a tiros por los Mossos d’esquadra en un viñedo en el término municipal de Subirats, en el Alt Penedès. Recuerdo muy bien ese día por varias razones. La principal es el extraordinario estado de alarma social que tanto él como sus compañeros de pelotón habían causado en todos nosotros desde el día anterior, cuando en las Ramblas de Barcelona fueron protagonistas del atentado de raíz yihadista más sangriento jamás cometido en nuestro país. La otra razón por la que aquella tarde de agosto me quedó clavada es porque mi familia y yo vivimos a escasos doscientos metros de la viña donde Younes acabó su delirante viaje. Sí, fuimos testigos involuntarios de todo: del despliegue de las fuerzas especiales de la policía, del estado de sitio, de una angustia que parecía no tener que acabar nunca y, finalmente, del sonido de los rasgos que pusieron fin a ese episodio de dolor y de extraordinaria frustración por nuestro país. De ese día hasta hoy, todos juntos, como sociedad y también como ciudadanos individuales, hemos tenido oportunidad de digerir aquellos hechos y de sacar diferentes tipos de conclusiones. Personalmente, mi reflexión al respecto ha adoptado diversas formas. Como ciudadano comprometido con la evolución del contexto sociopolítico de mi comunidad, como padre, como agnóstico, y también como artista, como dramaturgo.
Esta herramienta, la dramaturgia, ha puesto en mis manos durante todo el tiempo que este texto teatral lleva madurando, un elemento incomparablemente potente de reflexión. Durante ese tiempo, Yunnes, el yihadista, el asesino, el monstruo, ha evolucionado de la condición de persona a la de personaje. Lo he despojado de su identidad, de su nombre y de sus alucinados objetivos para convertirlo en otro. En el protagonista de un viaje diferente, conectado al suyo, pero también, por obra y gracia del poder de la ficción, encaminado a formular preguntas que me parecen angulares en el contexto moral y sociopolítico de esa primera mitad de siglo. En el viaje físico, pero también interior –iniciático– de ese chico, le acompañan otros personajes. Todos ellos extraídos, como el protagonista, de una realidad con la que convivimos a diario pero que en muchas ocasiones escogemos obviar o hacer invisible. Los conflictos que se generarán entre ellos son los que, si todo va como debe ir, nos abrirán el hueso de la función. La posibilidad de redención, la pulsión de odio como motor, la piedad como valor intrínseco de los humanos, la fragilidad de nuestras convicciones, de nuestra identidad, y la existencia o no de segundas oportunidades en la vida de las personas, son los temas troncales que deben vertebrar el texto de esta pieza. La forma escogida para desarrollar todo ello es la de una fuga, la de una road movie hacia un desenlace incierto. No he querido renunciar en ningún momento a hacer un texto ameno, distraído incluso, con elementos tomados del trhiller y volcando bastantes referentes cinematográficos con el objetivo de llenarlo de imágenes que, en última instancia, deberán ser descodificadas por el receptor de la historia para que pueda llegar a sus propias conclusiones.









