Sinopsis

Dos años y setenta conciertos después de despegar su Pegasus (2015), Joan Miquel Oliver estrena en directo su nuevo álbum, Atlantis. El que fue fundador, compositor y guitarrista de Antònia Font abre el abanico estilístico del anti-folk al electro, de la rumba al funk del pop puro, y hacia todo lo que se pueda imaginar.

Un verdadero contrapunto sonoro y también literario en un repertorio ordenado en tres bloques de cuatro canciones que giran alrededor de un mismo leitmotiv: las personas. De la mano de Nins a tobogans, evocación de la infancia más primitiva y precognitiva del autor, entramos en un sueño por donde desfilan Agricultors ingràvids, héroes de civilizaciones perdidas y, claro, hombres y mujeres estupefactos delante de su propia forma de vida.

Individuo y sociedad, una relación de la que surgen maravillas como Posidònia, Disseny de producte y también Rumba del temps, single de adelanto y sintonía oficial de esta primavera. Una nueva prueba, en definitiva, que Joan Miquel Oliver puede hacer una canción de alto contenido poético con un material que pasa, a menudo, desapercibido.

Sinopsis

Dos años y setenta conciertos después de despegar su Pegasus (2015), Joan Miquel Oliver estrena en directo su nuevo álbum, Atlantis. El que fue fundador, compositor y guitarrista de Antònia Font abre el abanico estilístico del anti-folk al electro, de la rumba al funk del pop puro, y hacia todo lo que se pueda imaginar.

Un verdadero contrapunto sonoro y también literario en un repertorio ordenado en tres bloques de cuatro canciones que giran alrededor de un mismo leitmotiv: las personas. De la mano de Nins a tobogans, evocación de la infancia más primitiva y precognitiva del autor, entramos en un sueño por donde desfilan Agricultors ingràvids, héroes de civilizaciones perdidas y, claro, hombres y mujeres estupefactos delante de su propia forma de vida.

Individuo y sociedad, una relación de la que surgen maravillas como Posidònia, Disseny de producte y también Rumba del temps, single de adelanto y sintonía oficial de esta primavera. Una nueva prueba, en definitiva, que Joan Miquel Oliver puede hacer una canción de alto contenido poético con un material que pasa, a menudo, desapercibido.

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