Las barreras que separan a los grupos sociales son el tema de aCORdo, un espectáculo que introdujo en la escena internacional a Alice Ripoll, una coreógrafa brasileña especialmente comprometida.
Sinopsis
Cuando le propusieron crear un espectáculo que explicara cómo había cambiado Río de Janeiro con las mejoras urbanísticas impulsadas por grandes acontecimientos deportivos como la Copa del Mundo de Fútbol o los Juegos Olímpicos, la coreógrafa Alice Ripoll optó por responder indirectamente montando un espectáculo con los bailarines, todos negros y residentes en las favelas de la ciudad, con los que había estado trabajando en los últimos años. Nació así aCORdo, la palabra que da título a esta propuesta y que puede significar tanto “acuerdo, trato” como “despertarse”, entre otros significados como, leído por separado (a-cor-do), “el color de”. Y es que los cuatro intérpretes de esta propuesta coreográfica proceden de un mundo y un entorno que seguramente no conocéis en absoluto. No es extraño, puesto que en nuestras sociedades el contacto entre grupos sociales, entre ricos y pobres, resulta mínimo y casi podríamos vivir ignorando completamente a las personas no pertenecen a nuestra esfera. En Río de Janeiro, por ejemplo, los pobres viven en favelas y sus movimientos están sometidos a controles y cacheos constantes con el fin de intimidarlos y mantenerlos en su lugar. Estos controles funcionan como una especie de frontera y, así, los espectadores de un montaje escénico como este podemos vivir en entornos seguros, al margen del caos y la criminalidad, formando parte de un sistema de jerarquías que separa clases y colectivos. Los intérpretes de esta pieza cambiarán esta situación para mostrarnos que aquel hombre que barre las calles o aquella mujer que limpia las aulas de la universidad a la que asistimos cada día son, de hecho, poetas o cantantes de rap, personas enfermas de amor o bailarines de danza contemporánea… En un espacio cerrado y restringido, cuatro bailarines uniformados crearán una serie de imágenes y sensaciones destinadas a trastocar las jerarquías y relaciones a las que estamos acostumbrados y a hacernos cambiar de posición por un rato. Sin necesidad de usar las palabras, la danza se encargará de tender puentes misteriosos e impredecibles entre unos universos aparentemente cerrados. ¿Quién está robando a quién? ¿Quién comete, de hecho, un delito?
Cuando le propusieron crear un espectáculo que explicara cómo había cambiado Río de Janeiro con las mejoras urbanísticas impulsadas por grandes acontecimientos deportivos como la Copa del Mundo de Fútbol o los Juegos Olímpicos, la coreógrafa Alice Ripoll optó por responder indirectamente montando un espectáculo con los bailarines, todos negros y residentes en las favelas de la ciudad, con los que había estado trabajando en los últimos años. Nació así aCORdo, la palabra que da título a esta propuesta y que puede significar tanto “acuerdo, trato” como “despertarse”, entre otros significados como, leído por separado (a-cor-do), “el color de”. Y es que los cuatro intérpretes de esta propuesta coreográfica proceden de un mundo y un entorno que seguramente no conocéis en absoluto. No es extraño, puesto que en nuestras sociedades el contacto entre grupos sociales, entre ricos y pobres, resulta mínimo y casi podríamos vivir ignorando completamente a las personas no pertenecen a nuestra esfera. En Río de Janeiro, por ejemplo, los pobres viven en favelas y sus movimientos están sometidos a controles y cacheos constantes con el fin de intimidarlos y mantenerlos en su lugar. Estos controles funcionan como una especie de frontera y, así, los espectadores de un montaje escénico como este podemos vivir en entornos seguros, al margen del caos y la criminalidad, formando parte de un sistema de jerarquías que separa clases y colectivos. Los intérpretes de esta pieza cambiarán esta situación para mostrarnos que aquel hombre que barre las calles o aquella mujer que limpia las aulas de la universidad a la que asistimos cada día son, de hecho, poetas o cantantes de rap, personas enfermas de amor o bailarines de danza contemporánea… En un espacio cerrado y restringido, cuatro bailarines uniformados crearán una serie de imágenes y sensaciones destinadas a trastocar las jerarquías y relaciones a las que estamos acostumbrados y a hacernos cambiar de posición por un rato. Sin necesidad de usar las palabras, la danza se encargará de tender puentes misteriosos e impredecibles entre unos universos aparentemente cerrados. ¿Quién está robando a quién? ¿Quién comete, de hecho, un delito?
- Dirección:
- Ayudantía de dirección:
Anita Tandeta - Bailarines/as:
Alan Ferreira
Hiltinho Fantástico
Rômulo Galvão
Tony Hewerton - Coreografía:
Alan Ferreira
Rômulo Galvão
Tony Hewerton
Leandro Coala - Fotografía:
Renato Mangolin - Vídeo:
Renato Mangolin - Producción:
Bem Medeiros
Isabela Peixoto - Año de la producción: