Alberto Casado y Rober Bodegas: Pantomima Full

Alberto Casado y Rober Bodegas forman un dúo cómico conocido Pantomima Full que ha tenido un éxito rotundo con apariciones en televisión (La Resistencia o Comedy Central) y en su propio canal de Instagram y YouTube, con sus cortos pero muy graciosos sketches.

En este show de Pantomima Full, asistimos a una continuación de los sketches a los que nos tiene acostumbrados el dúo cómico (de hecho, algunos de los más celebres se reproducen mientras el público se acomoda en la sala). Por este motivo, el público podrá ver ampliados algunas de sus más exitosas críticas, como son las ventas por “Wallapop” o el fenómeno de los “runners”. Pese a ello, Rober Bodegas y Alberto Casado también presentan gags cómicos no vistos anteriormente en sus sketches, como aquellos que hablan sobre los magos y la magia o la crítica al positivismo irracional que está tan de moda últimamente.

El dúo cómico funciona a la perfección, y la química y el ritmo cómico está controlado a la perfección por estos dos grandes humoristas, consagrados ya tras tantos años de oficio. Por ello, el público estalla en carcajadas en momentos destacados, pero mantiene siempre una sonrisa a lo largo del show. El humor del dúo es cítrico, salvaje y moderno, pero no por ello menos valioso: se trata de una extensión de a lo que nos tienen acostumbrados Alberto Casado y Rober Bodegas (esta vez sin comentarios desafortunados, como los que le implicaron en una polémica hace un tiempo).

Se trata, en síntesis, de un show cómico de alto nivel, con una estructura basada en un “Top de cosas que dan rabia” gracias al cual elaboran un listado de esos aspectos de la sociedad actual que son un tanto ilógicos y a los que se critica desde el humor. El humor de Pantomima Full es, en este show, tremendamente exitoso para sus fans, que ríen sin parar al verles en acción y desarrollando ampliamente sus gags más exitosos. No por ello se trata de un humor cerrado a su base de fans, sino que se trata de una comedia elaborada que hace reír a todo tipo de público. El show es un éxito rotundo, y así lo demuestra su éxito en las giras por España y las ovaciones al final de cada espectáculo.

És innegable que Pantomima Full es un fenómeno viral con el que la mayoría de los visionadores de vídeos de Youtube se ha encontrado en algún momento. Miles de usuarios esperan cada semana para ver los vídeos que van colgando en la mencionada plataforma. En esos vídeos, Pantomima Full (o lo que es lo mismo, el dúo integrado por Alberto Casado y Rober Bodegas, conocidos humoristas y guionistas de televisión) se dedica a mostrar en forma de ácidos comentarios, estereotipos de gente o conductas que todos reconocemos en nosotros mismos o en gente que nos rodea. Todo llevado a cabo desde el nulo uso de un filtro que, en ocasiones, les ha ocasionado alguna crítica (seguro que se acuerdan de la reciente polémica que surgió con un monólogo de Rober Bodegas acerca del pueblo gitano). Supongo que el humor es como todo aquello que es subjetivo: lo que a unos les parece un horror a otros les divierte hasta la médula. A mí, personalmente, teniendo a Gila como el summum del humor, me horrorizan los vídeos de caídas, los ataques personales y las palabrotas sin control que tanto hacen gracia a la mayoría. Pero para gustos están los colores y, en el humor, creo que (casi) todo vale.

En Pantomima Full vamos a encontrar un poco de todo y muy variado, con lo que a mí unas partes me gustaron (5 aplausos) y otras no tanto (2 aplausos). No obstante, lo cierto es que las tres plantas del teatro estaban llenas a reventar (localidades agotadas) y la gente se lo pasó en grande (el chico que se sentaba a mi lado casi se cae una vez del asiento del ataque de risa).

MEMORABLES los sketches del canallita, el runner, el usuario de Wallapop, la taza con mensajes para alegrar tu día, el de los que llevan bandolera (entre los que me encuentro…y a mucha honra) y otros más.

No tan inspirados el del superviviente al incendio, el de Javier Cárdenas (aunque a mí tampoco me guste, ¿qué culpa tendrá su madre?) y el uso excesivo de la palabra “puto” (¿cuántas veces fueron? ¿200?¿300?). Ésos son mis límites subjetivos. ¿Pondrá a prueba los suyos?