Miradas de mujer proyectadas sobre un mundo desconocido. Os hablamos de una obra sobre la Polinesia que constituye el inicio de la literatura moderna de viajes en Cataluña. Paradisos Oceànics llega al escenario para redescubrirnos a Aurora Bertrana, una autora demasiado poco conocida.
Sinopsis
Entre 1926 y 1929, la escritora Aurora Bertrana, hija del también autor Prudenci Bertrana, viajó a las Islas de la Sociedad de la Polinesia Francesa. La más conocida era Tahití, en aquel tiempo a un mes y medio de viaje desde Barcelona. Revistas catalanas irían editando los artículos que, desde aquel remoto lugar, les enviaba Aurora Bertrana y que en 1930 se editaron conjuntamente en la obra que da título a este montaje escénico. Los artículos mostraban la mirada de una mujer, una mirada feminista que se proyectaba sobre un mundo en transformación, un pueblo profundamente relacionado con el entorno natural que adoptaba, no sin tristeza, los usos y las visiones del mundo de una sociedad, más poderosa, que lo colonizaba. En Paradisos oceànics no encontraremos una mirada altiva sino un poso de piedad y comprensión hacia la decadencia y el fin de un universo. Y, especialmente, el gesto intenso y decidido de una mujer que percibe los afanes de la escritura, una voluntad literaria de primer orden, un deseo vital fascinante. De la mano de Bertrana, veremos a otras mujeres: herederas tristes de un pasado orgulloso, como la reina Marau; madres coraje, como Turei; o asistiremos a bodas y entierros, ceremonias en las que se hace patente el tránsito, a menudo poco afortunado, de la sociedad polinesia hacia el mundo moderno.
La reedición de la obra en 2017 ha facilitado, como espera hacer este montaje, un mejor conocimiento (y reconocimiento) de Aurora Bertrana, una mujer que, ya en su momento, arrastraba un aura de modernidad (militante política, música, implicada en un incipiente feminismo) y que añadía a su habilidad como narradora una sensibilidad poco común. Adapta los textos de la autora el escritor Josep M. Fonalleras y los lleva a escena Mònica Bofill. Esta dramaturga y directora ha trabajado en montajes que van des de Ciutat de vidre, con la compañía Obskené (Grec 2016) hasta Barbes de balena pasando por Neus Català. Un cel de plom (Grec 2015), un montaje dirigido por Rafel Duran y protagonizado, precisamente, por Mercè Arànega, la misma actriz que, en esta ocasión, presta su voz a Aurora Bertrana.