Lorca, que te quiero, Lorca es una propuesta de Pedro Victory y Josuè Guasch, que interpretan ellos mismos. Habla de la libertad de expresión, de una celda, un cuchillo de plata y la luna. Un drama atemporal que habla de la lucha del pueblo a través de los ojos del poeta.
La música, las imágenes, los personajes con máscara y la iluminación nos transportarán directamente al imaginario lorquiano y nos desgarrarán el alma desde el minuto cero creando una empatía especial entre el preso, Pedro y el espectador, sumando además el recital de poemas famosos y brutales del poeta que nos hará disfrutar de lo lindo ya que está todo interpretado de manera magistral.
Sinopsis
La obra nos sitúa dentro de la prisión donde un activista ha sido detenido por participar en una manifestación que acabó con altercados y un guardia civil perdió un ojo. Pedro espera el juicio en prisión y aunque tiene cuartada la guardia civil lo presiona y maltrata. Esta situación le provoca una depresión que no le deja ni comer, entonces le asignan un psicólogo para revertir su situación. Este resulta ser un apasionado de la poesía y, en concreto, de Lorca. La casualidad hace que la poesía lorquiana sea una herramienta para sacar al paciente de la depresión y finalmente se crea un paralelismo entre el preso y el propio Lorca. La relación con la guardia civil, la denuncia al régimen y al sistema, la traición de su hermana, la tortura y…
Esta obra no habla de Lorca pero siempre está presente. Sus escritos y poemas hacen avanzar la acción de tal manera que se convierten en situaciones del preso, en sus sueños o en sus miedos. Unas rejas de fondo y tres cubos negros de madera negra como el alma del poeta son nuestra escenografía sobria y austera. La pintura de una celda.
«No sabrán los que lo asesinaron que lo estaban sembrando, que echaría raíces, que seguiría cantando y floreciendo en todas partes, y en todos los idiomas, cada vez más sonoro, cada vez más viviente.» Pablo Neruda.
