Las bingueras de Eurípides
Tragicomedia

Las bingueras de Eurípides

Las bingueras de Eurípides es una versión libérrima de Las Bacantesen la que abordamos, siempre desde el humor, la eterna lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco, entre la rigidez autoritaria representada por El Suasenaguer y el mundo hedonista de Dionisia y sus acólitas,

Sinopsis

Dionisio baja a la Tierra en forma de mujer para enfrentarse ɑ El Suasenaguer, un policía que está empeñado en cerrar un bingo ilegal de barrio, donde se reúne cada tarde un grupo de mujeres no solo para jugar, sino también para compartir sus intimidades, sus penas, sus alegrías, y alguna que otra copita de anís.

Servando, compañero de trabajo de El Suasenaguer, intentará disuadirlo de sus intenciones, mostrándole que en la vida a veces hay que ser más flexible y permisivo. Pero el joven y fanático policía, obsesionado con el cumplimiento de la ley, desoirá sus consejos, arrastrando a todos a un final trágico y espeluznante.

Texto de la autora

Cuando nos preguntan acerca de la temática de nuestros espectáculos, me cuesta trazar una línea ideológica que pueda unir todo lo que hemoshecho hasta ahora. Sin embargo, últimamente he descubierto un posible nexo de unión entre todos los trabajos realizados hasta la fecha. Puedo decir que en nuestro mundo creativo siempre ha existido una absoluta fascinación por la amoralidad, encarnada en mujeres y hombres que encierran dentro de sí un mundo interior donde los límites entre lo correcto y lo transgresor se tambalean, en donde se cuestiona lo ético y el ansia de libertad arrasa salvajemente con todo, incluso con los valores más elevados e intocables de nuestra cultura.

Dentro de esta fascinación, nuestra mirada se ha dirigido sobre todo a las mujeres, secularmente oprimidas por la moral patriarcal, y especialmente las mujeres de nuestra vida, de nuestro barrio, a las que hemos visto sobrellevar la frustración y los dolores a golpes de humor y pastillas. Pensando en ellas, surge un nuevo texto que gira alrededor de este mundo tan cotidiano como delirante, en donde lo tierno y lo salvaje se dan la mano sin fricciones. Nunca he visto nada más punky ni más amoroso que estas mujeres que, pasados los cincuenta, comienzan a tratar a la vida de tú a tú, por encima de convenciones, por encima del bien y el mal, aparentemente sumisas, profundamente rebeldes. Mujeres rotundas, mitad ángeles mitad demonios,pasadas de rosca, casi malditas. Excesivas e histriónicas, compasivas y amorosas. Poseídas por pequeñas pasiones, inofensivos vicios: no solo las pastillas, también el cigarrito, su poquito de alcohol, las partidas de parchís con las amigas, y desde luegoel bingo ilegal, organizado clandestinamente a vista de todo el mundo en cualquier bajo de cualquier calle del barrio.

Tomándolas a ellas como punto de partida, y continuando con el trabajo de investigación que venimos haciendo en los últimos años con la tradición teatral griega clásica, surge en mi cabeza una idea fija: ¿por qué no hacer unas Bacantes en un bingo ilegal situado en el barrio de nuestra infancia? Si en El viento es salvaje (Premio Max Mejor Espectáculo Revelación, 2020) abordábamos, de forma lúdica y jonda, el calderoniano tema del libre albedrío, en Las bingueras nos centramos en la eterna lucha entre lo Apolíneo y lo Dionisíaco, entre el orden represor encarnado por el policía, y la permisividad y la laxitud de Dionisio, el dios de los placeres y el exceso.

Tomando como referencia las palabras del escritor y psiquiatra Claudio Naranjo, lo apolíneo estaría relacionado con el autoritarismo y la rigidez, tradicionalmente atribuidas al rol paterno, mientras que lo dionisíaco representaría la flexibilidad compasiva de la maternidad; de esta manera podemos decir que en Las Bingueras asistimos a la pelea entre las férreas instituciones del patriarcado y el pequeño mundo matriarcal, subterráneo, de las reuniones íntimas en las que las mujeres procuran divertirse a escondidas del opresor. Este enfrentamiento solo puede acabar de una manera trágica, al igual que sucede en Las Bacantes de Eurípides.

A nivel dramatúrgico y textual, volvemos al verso, como generador natural de ritmo y tensión. Estrofas cultas y populares, canciones surgidas al hilo de la narración, interpelaciones directas al público, espontaneidad y frescura, envueltas en el aura mágica de la mitología. Para el espacio escénico y para el vestuario, pensamos en un cuadro muy concreto: “Las Hilanderas” de Velázquez, en el que aparecen, en primer término, mujeres sencillas en su quehacer cotidiano. Pero de fondo, adivinamos una escena mitológica: Aracne desafiando a la diosa Atenea. De esta manera, en nuestra función superpondremos al mundo terrenal la dimensión mitológica, transformando un bajo cualquiera de una calle cualquiera en un espacio mítico y onírico, habitado por los dioses.

Ana López Segovia

Texto del director

Refugiándose de sus propias vidas, este reducto de combativasgaditanas se reúnen a diario para engañar las penurias jugando al bingo en un pequeño local, haciendo de este acto un ritual dionisíaco. Pero hace tiempo que las leyes pusieron límites al placer, especialmente al de las mujeres, al de estas mujeres. ¿Qué hay de malo en disfrutar? Estos límites no conseguirán sino encender y avivar sus pasiones y sus ganas de “cachondeo”, multiplicándolas hasta la inconsciencia. Nada ni nadie impedirá que tengan ese momento al día. Tampoco la ley. Y mucho menos la de los hombres. Han venido a reventar de placer y reventarán. Vamos que si reventarán…

Nosotras también queremos disfrutar con este montaje. Queremos sacar a pasear nuestra naturaleza y jugar con la tragedia. No podemos abordar esta temática sin revolcarnos en lo que somos ni dejar de hacer lo que hemos venido a hacer, frontalmente. Queremos que sea una fiesta. Queremos brindar con ustedes con el jugo de nuestras raíces e invitaros a desnudaros de vuestras pamplinas. Queremos daros envidia al vernos gozar. Quizá así, se despierten también en ustedes los mismos espíritus que, sí o sí, nos llevarán hasta la cúpula del éxtasis.

José Troncoso

Duración:
Idioma:
Castellano
Sinopsis

Dionisio baja a la Tierra en forma de mujer para enfrentarse ɑ El Suasenaguer, un policía que está empeñado en cerrar un bingo ilegal de barrio, donde se reúne cada tarde un grupo de mujeres no solo para jugar, sino también para compartir sus intimidades, sus penas, sus alegrías, y alguna que otra copita de anís.

Servando, compañero de trabajo de El Suasenaguer, intentará disuadirlo de sus intenciones, mostrándole que en la vida a veces hay que ser más flexible y permisivo. Pero el joven y fanático policía, obsesionado con el cumplimiento de la ley, desoirá sus consejos, arrastrando a todos a un final trágico y espeluznante.

Texto de la autora

Cuando nos preguntan acerca de la temática de nuestros espectáculos, me cuesta trazar una línea ideológica que pueda unir todo lo que hemoshecho hasta ahora. Sin embargo, últimamente he descubierto un posible nexo de unión entre todos los trabajos realizados hasta la fecha. Puedo decir que en nuestro mundo creativo siempre ha existido una absoluta fascinación por la amoralidad, encarnada en mujeres y hombres que encierran dentro de sí un mundo interior donde los límites entre lo correcto y lo transgresor se tambalean, en donde se cuestiona lo ético y el ansia de libertad arrasa salvajemente con todo, incluso con los valores más elevados e intocables de nuestra cultura.

Dentro de esta fascinación, nuestra mirada se ha dirigido sobre todo a las mujeres, secularmente oprimidas por la moral patriarcal, y especialmente las mujeres de nuestra vida, de nuestro barrio, a las que hemos visto sobrellevar la frustración y los dolores a golpes de humor y pastillas. Pensando en ellas, surge un nuevo texto que gira alrededor de este mundo tan cotidiano como delirante, en donde lo tierno y lo salvaje se dan la mano sin fricciones. Nunca he visto nada más punky ni más amoroso que estas mujeres que, pasados los cincuenta, comienzan a tratar a la vida de tú a tú, por encima de convenciones, por encima del bien y el mal, aparentemente sumisas, profundamente rebeldes. Mujeres rotundas, mitad ángeles mitad demonios,pasadas de rosca, casi malditas. Excesivas e histriónicas, compasivas y amorosas. Poseídas por pequeñas pasiones, inofensivos vicios: no solo las pastillas, también el cigarrito, su poquito de alcohol, las partidas de parchís con las amigas, y desde luegoel bingo ilegal, organizado clandestinamente a vista de todo el mundo en cualquier bajo de cualquier calle del barrio.

Tomándolas a ellas como punto de partida, y continuando con el trabajo de investigación que venimos haciendo en los últimos años con la tradición teatral griega clásica, surge en mi cabeza una idea fija: ¿por qué no hacer unas Bacantes en un bingo ilegal situado en el barrio de nuestra infancia? Si en El viento es salvaje (Premio Max Mejor Espectáculo Revelación, 2020) abordábamos, de forma lúdica y jonda, el calderoniano tema del libre albedrío, en Las bingueras nos centramos en la eterna lucha entre lo Apolíneo y lo Dionisíaco, entre el orden represor encarnado por el policía, y la permisividad y la laxitud de Dionisio, el dios de los placeres y el exceso.

Tomando como referencia las palabras del escritor y psiquiatra Claudio Naranjo, lo apolíneo estaría relacionado con el autoritarismo y la rigidez, tradicionalmente atribuidas al rol paterno, mientras que lo dionisíaco representaría la flexibilidad compasiva de la maternidad; de esta manera podemos decir que en Las Bingueras asistimos a la pelea entre las férreas instituciones del patriarcado y el pequeño mundo matriarcal, subterráneo, de las reuniones íntimas en las que las mujeres procuran divertirse a escondidas del opresor. Este enfrentamiento solo puede acabar de una manera trágica, al igual que sucede en Las Bacantes de Eurípides.

A nivel dramatúrgico y textual, volvemos al verso, como generador natural de ritmo y tensión. Estrofas cultas y populares, canciones surgidas al hilo de la narración, interpelaciones directas al público, espontaneidad y frescura, envueltas en el aura mágica de la mitología. Para el espacio escénico y para el vestuario, pensamos en un cuadro muy concreto: “Las Hilanderas” de Velázquez, en el que aparecen, en primer término, mujeres sencillas en su quehacer cotidiano. Pero de fondo, adivinamos una escena mitológica: Aracne desafiando a la diosa Atenea. De esta manera, en nuestra función superpondremos al mundo terrenal la dimensión mitológica, transformando un bajo cualquiera de una calle cualquiera en un espacio mítico y onírico, habitado por los dioses.

Ana López Segovia

Texto del director

Refugiándose de sus propias vidas, este reducto de combativasgaditanas se reúnen a diario para engañar las penurias jugando al bingo en un pequeño local, haciendo de este acto un ritual dionisíaco. Pero hace tiempo que las leyes pusieron límites al placer, especialmente al de las mujeres, al de estas mujeres. ¿Qué hay de malo en disfrutar? Estos límites no conseguirán sino encender y avivar sus pasiones y sus ganas de “cachondeo”, multiplicándolas hasta la inconsciencia. Nada ni nadie impedirá que tengan ese momento al día. Tampoco la ley. Y mucho menos la de los hombres. Han venido a reventar de placer y reventarán. Vamos que si reventarán…

Nosotras también queremos disfrutar con este montaje. Queremos sacar a pasear nuestra naturaleza y jugar con la tragedia. No podemos abordar esta temática sin revolcarnos en lo que somos ni dejar de hacer lo que hemos venido a hacer, frontalmente. Queremos que sea una fiesta. Queremos brindar con ustedes con el jugo de nuestras raíces e invitaros a desnudaros de vuestras pamplinas. Queremos daros envidia al vernos gozar. Quizá así, se despierten también en ustedes los mismos espíritus que, sí o sí, nos llevarán hasta la cúpula del éxtasis.

José Troncoso

Ficha artística
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Opiniones del espectáculo 4
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Espectadores/as
  • Andrea Garriga
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  • Luigi Tuiteatrero
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  • miguel
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