Bestiario es un álbum musical a partir de las nuevas creaciones de Benet Casablancas, Ferran Cuixent, Raquel García-Tomàs, Albert Guinovart, Ramon Humet, Joan Magrané, Marian Màrquez, Marc Migó, Hèctor Parra y Fabià Santcovsky.
A partir de los textos de Enric Casasses, poeta en residencia del Liceu durante la temporada 2025-2026, y con la ayuda de la obra de Joan Jonas, se propone la creación de un bestiario contemporáneo para redescubrir una visión del mundo en la que todo está impregnado de significado, donde la naturaleza es sagrada y la imaginación, ilimitada.
Junto con nuestros compositores más destacados —que crearán una obra para la ocasión— y los intérpretes del país, seremos testigos de esta creatividad y de nuestro deseo persistente de entender y dar sentido al mundo. Una propuesta que nos invita a (re)conectar con la maravilla, a ver el mundo no solo como un lugar de estudio, sino como un espacio de poesía y misterio.
Sinopsis
Los bestiarios medievales son mucho más que simples catálogos de criaturas fantásticas y animales reales. Estas obras, que combinan sabiduría científica, simbología religiosa e imaginación desbordante, nos ofrecen una ventana privilegiada a la mentalidad de la Edad Media, en la que la naturaleza y el mundo espiritual se mezclan con una fascinante armonía.
Los bestiarios son compilaciones que describen criaturas reales, como el león, el elefante o el ciervo, junto a seres maravillosos como el grifo, el basilisco o el fénix. Pero más allá de la anatomía o el comportamiento de estos animales, su principal propósito era revelar las verdades divinas que se esconden en la creación. Cada animal tenía un significado simbólico y moral. Este carácter alegórico de los bestiarios no solo mostraba una visión cohesionada del mundo, sino también un intento de ordenar la realidad mediante un relato cargado de significado. Para los autores medievales, el mundo no era una suma de entidades independientes, sino un todo interconectado en el que cada criatura tenía un papel asignado en el gran drama de la existencia.
No podemos olvidar que los bestiarios eran, además, auténticas obras de arte. Las miniaturas que ilustraban estos manuscritos transformaban los textos en experiencias visuales cautivadoras. Las imágenes que amplificaban el contenido simbólico ayudaban al lector a comprender las lecciones morales y espirituales. Las ilustraciones, con sus colores vivos y trazos minuciosos, eran una exaltación de la diversidad de la creación divina.