Cuando se hace una adaptación teatral de una película que gusta a todo el mundo, lo más habitual es que resulte un homenaje devaluado del material de partida que se sostiene gracias al enorme aprecio que el público siente por el producto original. No es el caso, afortunadamente, de esta deliciosa propuesta musical basada en el film Con faldas y a lo loco (Some Like It Hot, 1959) de Billy Wilder. Con la garantía de calidad de los espectáculos estrenados en Broadway, esta traducción al catalán de Sugar es un delicioso entretenimiento, con un ritmo fantástico, música jazz en directo y un reparto en estado de gracia que se deja la piel para elevar el montaje al máximo de sus posibilidades. Los diálogos, casi todos extraídos del guion original para la gran pantalla, son sutilmente brillantes y el punto de conexión perfecto con la nostalgia que muchos espectadores esperan. Por otro lado, la apuesta clara por unas coreografías elaboradas es valiente y con un resultado muy simpático, elegante y llamativo. En algunos momentos, la obra pide un presupuesto más alto para lograr la espectacularidad que, con gran mérito, la producción busca desde sus posibilidades. Sin embargo, hay que reconocer que, con la enorme diferencia de medios a su disposición, consigue ser mucho más efectivo, fresco y transmitir mucho más buen rollo, alegría de vivir y sentido del humor que algunos de los grandes musicales que ahora mismo conviven en la cartelera.
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