“Amor a Mort” es el título de esta obra y es lo que hemos vivido en las novelas, en la literatura más seria, en las óperas, las canciones, las películas. Por amor se mata y por amor se muere en forma de tristeza o suicidio. Está impregnado tan a fondo en la historia de la humanidad, en nuestra historia y en nuestra sociedad que los cambios sociales y todos los esfuerzos que se han hecho y hacen los movimientos feministas y los diferentes “orgullos” son insuficientes. Brigitte Vasallo nos ha hecho pensar sobre otras formas de relacionarse afectivamente, rompe con el amor romántico como modelo posesivo, limitado, absorbente y destructor. Siendo como es un referente, no la hemos encontrado entre los libros recomendados.
The Feliuettes, en línea con Vasallo pero optando por un tono humorístico, critican y reflexionan sobre el amor, sobre todo el de la pareja pero también se atreven con las partes oscuras del amor “incondicional”, el de la madre. Laia Alsina y Riera, Maria Cirici y Laura Pau hacen un trabajo espléndido. Son las tres musas del amor que miran de lejos y de forma sarcástica los amores que ellas han favorecido desde el Olimpo. Mirarlo de lejos y con objetividad ha sido un recurso muy acertado de la compañía y la dirección de Eu Manzanares.
Es una obra coral en la que la dirección y las actrices participan, junto a Xavi Morató, Mireia Giró y Adriana Segurado en la redacción de los textos y en la dramaturgia.
A ritmo de canciones y ambiente de cabaret, las tres actrices interpretan canciones picantes, descaradas, a veces groseras pero que ponen de manifiesto la realidad más íntima, más escondida de los complicados compromisos de las parejas y de las relaciones sexuales a la vez que se burlan de toda la terminología y la gestualidad actual sobre el tema como el gosthing o los iconos en forma de corazón. La música de Gerard Sesé, Ariadna Cabiró y Arnau Tordera es alegre, festiva aunque hay alguna canción más soñadora y lírica. Especial atención quiero hacer del rap de las dos mujeres, una segura de sí misma, la otra con una baja autoestima. Modesto Lai no sólo toca el piano sino que participa de forma muy simpática en muchos momentos de la obra.
Es una pieza divertida sin ser superficial. El humor va de la mano de la crítica y es una forma muy inteligente de conseguirlo.