En 2006 La Barni teatre se inició como Compañía teatral con este montaje dedicado a Miguel de Molina. Durante estos 15 años ha creado cinco espectáculos “El projecte dels bojos, una utopía musical”, “Le llaman copla” “Tan bonica aquesta nit” i “La filla del mar”.
Jo la vi entre el 2012 y el 2014 ya que la repusieron varias veces y giró por España. Dicen que la copla nació durante la Repúbica pero nosotras la hemos asociado al folklore franquista y algunos la han vivido con un cierto rechazo. Es por esto que agradezco a la Barni que esta vez me ha hecho vivir la copla de otra manera y con un regusto agradable de nostalgia.
Desde entonces ha cambiado el escenario. El público está distribuido alrededor por los cuatro costados. En el medio una tarima de madera, escenario de las actuaciones de Marc Vilavella, protagonista, actor principal y director de la obra. Marc Sambola es el director musical y presente durante toda la obra tocando, como siempre, maravillosamente bien, la guitarra. Gracia Fernández es el tercer miembro de la compañía, es la madre, la prostituta y canta con un sentimiento que llega al alma. Quiero destacara el chotis, “Sólo o con Leche?” y la dulce versión de “Ojos verdes”. Los dos intérpretes restantes son Albert Mora al piano y actuando y Candela Díaz Sanz a las castañuelas, bailando, cantando y actuando. Un conjunto con una armonía y una compenetración perfectas.
Nunca había visto un público tan entregado, identificado de una manera o de otra con Miguel de Molina y sus canciones. Era un público que había vivido la época en la que estas canciones se oían por la radio y formaban parte de la vida cotidiana de España. Algunos cantaban las canciones (no podían evitar-lo), otro se levantó aplaudiendo en el momento en que Arias Navarro anunciaba la muerte de Franco, otros lloraban cuando toda la compañía, puño en alto cantaban a voces “Ay Carmela” envueltos con la bandera republicana y la emoción se desbordó cuando se retiraba digna y majestuosamente fuera del escenario. Alguien cantaba el ”Cara al sol” y asentía el asesinato de Lorca. Pero la emoción fue colectiva y los pañuelos y lágrimas crecieron con la pasión con la que Marc Vilavella cantó “La bien pagá”.
Un espectáculo para ver o repetir.