Realmente sólo entrar se siente un fuerte olor a cera, pero está claro, nos acaban de introducir en una iglesia, pero ya no queda nadie, ni el cura que se ha ido a ver la tele. No es extraño que dos estatuas, la Virgen Maria y Sant Francesc de Asís se pongon a charlar, llevan un montón de años encima de la peana y se aburren. Otro corto gamberro sobre religión, desmitificando las cosas más sagradas con gracia y dos muy buenas interpretaciones. No os perdáis este ciclo que habla de religión, pureza, castidad… vaya, ni de coña (quiero decir que ni de coña habla de todo esto)
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