Los ingleses de principios del XVIII, pragmáticos, tuvieron bastante quedándose con el dominio de Gibraltar y Menorca y dejaron la lengua autóctona tranquila, lejos de lo que hizo el cabrón del borbón Felip V en Cataluña, y así Joan Ramis pudo escribir su Lucrècia como le apeteció, y así nos ha llegado hoy de la mano de Sergi Marí. Una Lucrècia que intenta salvar su amor y su honor del hijo del tirano rey de Roma. No lo consigue y es violada. Interesante puesta en escena de una pieza escrita hace casi 250 años que todavía hoy es vigente: «si no lo puedo conseguir razonando, usaré la fuerza». ¿Tan poco han evolucionado algunos?
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