Mercè Rodoreda nació en pleno apogeo de la catalanidad en 1908, hija de padres trabajadores y grandes amantes de la literatura y el teatro. Las obras de la Rodoreda han sido traducidas a 40 lenguas, siendo la Plaça del Diamant la más traducida de todas. Curiosamente en inglés, se ha puesto por título The times of doves, (El tiempo de las palomas) muestra del impacto del personaje principal, La Colometa. Carlota Subirós hace una apuesta arriesgada porque no hay diálogos sino que es un soliloquio que sigue fielmente la narración de la Rodoreda. La adaptación de Ferran Dordal y Carlota Subirós no es el paso de la novela a un texto teatral sino que es la misma novela leída por 11 voces diferentes. Me ha causado una profunda impresión ver representada una obra que había leído dos veces con dos miradas distintas. Esta vez, hemos asistido a la representación del texto fiel a la novela escrita y representada por diferentes actrices, cada una de ellas y, como si fuera una lectura dramatizada, expresando partes de los sentimientos de la Colometa. Así lo hemos vivido desde el público. Quiero destacar la brillante y conmovedora actuación de Màrcia Cisteró que llega a acercarnos a los momentos más trágicos del personaje. A ella le han regalado los momentos de desprotección, vulnerabilidad y sufrimiento de su protagonista. Lurdes Barba muestra la parte rebelde de Colometa, la que se niega a aceptar las duras situaciones que le tocan vivir. Las ocho restantes, Montse Esteve, Paula Jornet, Vicenta Ndongo, Neus Pàmies, Anna Pérez Moya, Alba Pujol, Vanessa Segura y Yolanda Sey seguramente expresan en sus textos cortos los distintos sentimientos de la vida de Colometa. Aunque el espacio es muy grande, el montaje escenográfico de Max Glaenzel es minimalista, delicado y siempre ocupado por las actrices moviendo objetos, expresando el texto o reforzándolo físicamente con desdoblamientos de personajes. Los materiales son objetos cotidianos que van apareciendo a medida que lo pide el texto y que acompañan a la vida sencilla de un barrio de Gràcia de los años 30 aunque no es una obra realista ya que el vestuario de las actrices es actual (me recuerda el Querubino de las Bodas de Fígaro moviéndose por el escenario con una tabla de skate). Cada objeto tiene sentido y tanto las actrices como los objetos se mueven con una delicadeza extrema y muy sofisticada. La undécima actriz es Clara Aguilar interpretando su propia música con un teclado electrónico del que saca una música alegre al principio pero mayoritariamente triste, con pocas variaciones musicales, como un bajo continuo premonitorio de todo lo que le ha de suceder a Colometa.
Versión moderna y sofisticada de "La Plaça del Diamant"
La plaça del Diamant
02/11/2023 - TNC – Teatre Nacional de Catalunya