El dramaturgo Cesc Sabater, ha dirigido a la Compañía “la Puta precaria” para poner en escena una pieza de creación colectiva en la que Meri Anglès, Tama Martínez, Enric Pera y Andrés Piza se dejan ir en una corriente vertiginosa de sobreposición y sobreexposición de imágenes y de sonidos utilizando todo tipo de tecnologías pasadas y actuales en un espacio pequeño en el que los actores/actrices se encuentran a gusto y recrean pensamientos tanto lúdicos como destructivos. Cabe todo y todo es posible en esta obra poseída de manera demoníaca por la imagen y los medios tecnológicos. Hace pocos siglos, un tribunal de la inquisición los habría etiquetado de herejes y hubieran ido todos a la hoguera.
El espectáculo surgió de la Mostra de Creadors Emergents 2018 y debemos valorar muy bien el esfuerzo de investigación, de creatividad, de imaginación y de valor. La puesta en escena es difícil y complicada pero consiguen agilidad y dinamismo. Los actores y actrices se confunden en un caos de ideas mezcladas, de situaciones grotescas exageradas, de imágenes sin sentido atrapados en una tecnología que los engaña, les hace trampas y los confunde.
“El avant Match” nos prepara para todo esto. Las imágenes de una violencia descarnada mezcladas con las imágenes directamente grabadas del público asistente en aquel momento, te involucra, desde un principio en situaciones que nadie querría. Es una obra abierta a cualquier interpretación y este es el mensaje. No hay trama pero las diferentes escenas te atrapan y te sorprenden, cada vez más a medida que avanza la pieza. Hay pequeños gags, guiños a grandes mitos del cine (Star Wars, Blade Runner, La Guerra de las Galaxias), a situaciones vividas recientemente muy de cerca (contenedores quemados en Barcelona en respuesta a la sentencia del Supremo) pero sin ninguna valoración. La opinión la dejan para el público.
Sin embargo, toda la pieza se ha puesto al servicio de la expresión plástica y de la tecnología sin trama argumental ni «message to take home».