El testament queda resumido en esta canción de Raimon que suena en algún momento de la obra. O en esta otra: “Si em mor, que les esperances siguin fets, i que d’altres continuen el que nosaltres continuem”. Ramon Molins, utiliza toda su experiencia de actor, director, profesor de teatro y toda su biografía y vivencias personales para hablarnos y hacernos reflexionar sobre la vida y la muerte, lo que dejaremos y lo que nos gustaría dejar tras nuestro paso.
Desde El geperut de Notre Dame, quizás hace ya 30 años, hemos ido siguiendo a la Compañía Zum Zum teatre, cuyo director es Ramon Molins. Siempre lo hemos visto actuando junto a la gran e incombustible Begonya Ferrer en espectáculos familiares de gran calidad. Sus textos y la forma de presentarlos son sublimes por la sencillez y a la vez por su profundidad. Ahora nos ha sorprendido con este monólogo interpretado por él y una dramaturgia y dirección corales de Izaskun Fernández, Julian Sáenz López, Jokin Oregi y el propio Ramon Molins.
Con la misma ternura que explica los cuentos en sus obras (Polzet, Pinocho, Gretel i Hansel, La camisa de l‘home feliç, La gallina dels ous d’or, etc. ) es capaz de contar su vida, una historia que es también algo nuestra con una selección de músicas que forman parte de nuestra vida.
Al igual que en las obras dirigidas al público más pequeño, utiliza varios elementos que van saliendo de una gran caja de madera para dar vida a los personajes que han ido apareciendo en su vida o han intervenido en momentos importantes. Molins se desnuda ante un público que le conoce y le quiere. Por su compañía han pasado muchos actores y actrices y sus clases de teatro han dejado un profundo recuerdo en todos y han llevado a muchos alumnos a los escenarios y otras actividades relacionadas con el mundo del teatro. El Testament es un canto a la vida y a la muerte. Es un juego de recuerdos descrito con ironía y humor. Es un monólogo que nos llega muy adentro.
Sólo Ramon Molins es capaz de conmover con lo más sencillo y nos demuestra, una vez más, que el teatro es una gran manera de expresarnos. Ha sido un regalo delicioso. No se la pierdan.