Les Impuxibles son las hermanas Peya y nunca defraudan. Ponen sobre el escenario los temas más actuales algunos de los cuales todavía no son suficientemente visibles cuando lo convierten en obra escénica, como ocurrió con Limbo (2015) que destapó el tema de la transexualidad. Ellas han sido pioneras también en llevar a los escenarios temas sensibles como las enfermedades mentales (Suit TOC núm 6), el cuerpo y las relaciones sexo-afectivas (FAM, 2021), el suicidio, (Harakiri 2022), la violencia de género con Aüc (el so de les esquerdes) o en esta ocasión la relación con las drogas de abuso con Caramel.
Les impuxibles siempre encuentran el punto justo, aquél que no valora ni juzga sino que sencillamente, describe el hecho poniéndolo sobre el escenario en la boca y en la piel de la persona que lo vive. Les impuxibles no improvisan. Ellas nos presentan temas que han vivido en primera persona o que han investigado a fondo de manera casi científica y antes de mostrarlo al público, se informan, se documentan, le dan la vuelta, se adentran de tal manera que la objetividad es su sello de presentación. En Caramel, su trabajo documental lo muestran en el programa del teatro donde podemos encontrar los textos y las entidades que han colaborado con ellas para mejorar el conocimiento y el contenido de la obra. Una muestra más de su gran generosidad.
En Caramel, la creatividad, la elegante relación entre disciplinas, la maravillosa música de Clara Peya, la expresividad en el movimiento dirigido por Ariadna Peya y un cuerpo de baile magnífico hacen que un tema que puede ser duro, hable del consumo en su aspecto lúdico y festivo pero también nos muestra la parte destructora y sórdida en forma de unas sugerentes coreografías.
Los textos del dramaturgo argentino Pablo Messiez nos hablan del placer para compensar la rutina, el miedo, la obligación, el aburrimiento. El monólogo de Sandra Pujol nos cuenta su entrada en el mundo de la droga, nada dramática pero contundente. Joan Solé recita los textos de Messiez, los canta o recita con un sentimiento que llega al alma y a la parte del cerebro más consciente haciendo un conjunto indisoluble con la música de Clara. “Pero cómo no ir a buscar en lo prohibido, cuando en lo prohibido aprendió a disfrutar”…. “entra en mí, para que puedas salir de mí”...
La necesidad de mezclarse con la gente más cercana, la que comparte consumo se representa en una escena donde la coreografía y la música triste, melancólica pero serena muestra muy bien esa necesidad. Y en este cuadro coreográfico, los magníficos bailarines Mabel Olea, Helena Gispert, Yasser D´Oquendo y Pol Guimerà hacen un Totum Revolutum elegante y armonioso. No puedo dejar de mencionar la danza de Helena Gispert en pleno trippy en forma de fuego rojo que la rodea y le sale del cuerpo. Mabel Olea nos ha sorprendido con un trabajo casi acrobático lento y retorcido como su cuerpo y su mente atrapados entre los hierros de una silla y, por supuesto, nuestra Clara Peya, permanentemente en el escenario, presentando el espectáculo, tocando diferentes instrumentos, actuando con una lámpara cenital que le sale de la cabeza, como quien está siempre en estado de gracia. Muchas gracias «Peyas».
¿Me pones otra?
Caramel
A partir de 10,00€
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20/11/2024 - Teatre Lliure – Gràcia