Las Glorias nacieron en los pasillos del metro de Barcelona. Con el Molino y Arnau cerrados y pocas expectativas de que ningún teatro les abra sus puertas, deciden empezar su carrera como vedettes en el suburbano barcelonés, concretamente en la parada de Paral·lel, para rememorar los viejos tiempos cuando el Paral El barcelonés era el music hall catalán. Con este comienzo y sin expectativas de progresar Capitana y Martínez pasaron a actuar en “sotanos-bar” y otros locales de mala fama de Barcelona.

Incluso llegaron a la azotea de una comunidad de vecinos. Sin lugar a dudas es el lugar más alto al que han llegado a sus vidas. Una historia de fracaso, dudas y decepción de dos artistas sin éxito ni dignidad que nunca se han tomado la vida en serio.