L'alè de la vida

Quizá demasiado para ir a pasar cuentas, pero eso es lo que hace una de las dos mujeres, la esposa, yendo a ver a la amante de su marido. Ahora ambas han sido abandonadas; el macho ha levantado el vuelo con una jovencita, lejos, muy lejos. De esta larga y penosa conversación irán saliendo cosas, porque compartir hombre a lo largo de 25 años… iba a decir un disparate: «une mucho», pero no. Leer más.

L’alé de la vida es la tercera obra que veo de David Hare. En ella, el autor vuelve a tratar sus temas de siempre, la infidelidad, el sexo y la contraposición entre las ideas hippies y la vida burguesa. Unas magníficas Anna Güell y Mercè Arànega interpretan a la mujer y a la amante del mismo hombre, que se conocen años después de haber sido las dos abandonadas. Durante una larga conversación, conoceremos a dos modelos opuestos de mujer: el ama de casa y la intelectual independiente. Y es este planteamiento maniqueo y esta simplificación lo que no me convenció de la obra. Los personajes me resultaron planos y tópicos, y el hecho de que las dos mujeres se definieran exclusivamente en función de la relación que establecieron con este hombre a quien no conocemos me resultó aburrido y poco interesante.

Quizás es algo generacional o que, sencillamente, esta obra no era para mí.

Más información (en catalán)

“L’alè de la vida” és una obra de teatre que David Hare va escriure en el 2002 i que ens descriu l’enfrontament entre dues dones que van compartir el mateix home durant 25 anys . Tot succeeix durant un dia i una nit. El lloc, una casa que es troba en una illa on la Madeleine s’ha retirat per passar la seva jubilació. Tan sols s’han vist un cop , però una té la necessitat d’anar a parlar amb l’altre. Reflexions i preguntes sense resoldre, ferides i retrets de dues dones de caràcters ben diferents, però amb moltes coses en comú. L’amant i l’esposa. Una ja ha passat pàgina, a l’altre encara li queden moltes preguntes i dubtes per resoldre. Un duel emocional entre la ironia de la Madeleine (Mercè Arànega)  i la tendresa de Frances ( Anna Güell).

Que la Magda Puyo dirigeixi aquesta obra ja és una bona referència, però que a més a més  la interpretació la facin dos grans actrius com són  l’Anna Güell i la Mercè Arànega, ja és una garantia de que el que veurem no ens deixarà indiferents. Avui hem tingut la sort de poder veure més enllà de dues actrius interpretant , semblava talment que tot el que estava succeint era real. La força  escènica  d’aquestes dues actrius han omplert l’ escenari i el públic situats a dues bandes hem gaudit d’unes interpretacions brutals.

Nosaltres l’Anna Güell vam tenir la sort de veure-la treballant amb la Mercè Anglès a La Sala Àtrium representant  “Invocació”, una proposta que Q-Ars Teatre va fer sobre “Ricard III” de Shakespeare i que de la qual nosaltres vam sortir fascinats. Haig de dir que gràcies a aquella funció vam descobrir Shakespeare i a dues actrius realment increïbles.

No us ho penseu i aneu a veure “L’alè de la vida”, de segur que us agradarà.

VALORACIÓ: **** 1/2

David Hare es un autor británico bastante habitual en nuestro -Celobert, Vía Dolorosa, La habitación azul- y muy respetado en su país. Prueba de ello es que la pieza de la que hoy hablamos fue estrenada, ni más ni menos, que por dos de las damas más importantes del West End: Judy Dench y Maggie Smith. Está claro que es una pieza para actrices de probada trayectoria (en Madrid la representaron Nuria Espert y Amparo Rivelles) y una sensibilidad bastante especial, ya que en las obras de Hare se habla mucho y se dice muy poco… lo que interesa. Todo queda enterrado bajo las miradas, las complicidades y los pequeños gestos. Un poco al estilo de Pinter, pero menos trascendente y más cercano a un teatro de cierta volada «comercial».

Anna Güell y sobre todo Mercè Arànega afrontan el reto con determinación y naturalidad. Podríamos decir que ellas son el alma de esta fiesta teatral, porque no hay muchos elementos más donde agarrarse. La escenografía busca la cercanía del público, pero parece talmente encajada entre las sillas del patio de butacas… como si hubiera caído desde el piso de arriba. La dirección de Magda Puyo, por otra parte, es bastante convencional. Supongamos que se limita al trabajo de las actrices, que en este caso funciona bastante bien, pero se permite algunas licencias (bailoteo entre escena y escena) que acaban resultando absurdas. Recomendable, en definitiva, para aquellos que persigan una obra de actrices y un texto muy «british» sobre las complejidades del amor… y otros sentimientos.

El texto de esta lucha psicológica es quizás el más extraordinario de todo esto, ya que trata tan sólo de temas cotidianos que todos nosotros hemos podido vivir de una manera más o menos intensa, del amor y el desamor, de la rutina en el matrimonio, de encontrar en una tercera persona lo que falta en la relación de pareja y de querer volver a ilusionarse de nuevo para un nuevo amor o al menos por otro modo de encarar la vida.