La ópera es el punto central de este espectáculo de la performer y coreógrafa polaco-canadiense Ramona Nagabczyńska. Para hablarnos de las voces femeninas, se adentra en la ópera –una forma de arteperformativo que se ha mantenido casi inalterada durante siglos.
La directora dice...
Tendemos a asociar las voces con la esfera simbólica; con significados asignados a los sonidos. Olvidamos que son la manifestación de unos atributos físicos complejos. Las voces que escapan del orden simbólico van más allá de las convenciones: no significa que no existan, sólo hemos perdido la habilidad de escucharlas. Las prácticas tradicionales de canto femenino han encontrado su equivalente dominante en las arias operísticas virtuosas creadas por compositores machos. Es aquí donde el éxtasis de la voz original se mezcla con la refinada propaganda de un orden dañino.
La antigua práctica griega de la aischrología, basada en el uso del lenguaje obsceno, surgió de los rituales femeninos. No existe un equivalente contemporáneo de esta práctica –más bien lo contrario: las vulgaridades y las referencias en la parte básica del cuerpo son perturbadoras cuando provienen de los labios de las mujeres.
El aspecto político de la voz humana se define no sólo por el significado de las palabras pronunciadas, sino también, en igualdad de condiciones, marcando la presencia física de cuerpos específicos.
_Ramona Nagabczyńska