Sinopsis
Una de las más grandes y más singulares voces del cante jondo. ¿Qué clase de embrujo nos hace sentir la intensidad y el influjo de Inés Bacán incluso antes de oírla cantar? Es su manera de aparecer en escena, majestuosa y carnosa, con esa primera mirada que dirige al público, como para sellar un pacto, el de hacer juntos la travesía hacia otro tiempo, el tiempo del alma. Con ella, cantaora y público se funden en una misma partitura.
La característica lentitud rítmica con la que despacha su cante atemporal, su voz poderosa pero contenida, bien timbrada, se adecuan de maravilla a la interpretación de seguiriyas y soleás, los palos más cautivadores del cante jondo. Su maestría le permite improvisar en cualquier momento, jugar con las estructuras, aportando siempre una renovada interpretación de los palos. Su capacidad de verdad, de sacar de lo más profundo de su sensibilidad gitana una voz sin artificios, sin fanfarronería, capaz de modular las palabras hasta el sollozo, de jugar con los silencios, termina dominando a quien escucha.
Inés Bacán es una gitana andaluza nacida en Lebrija en 1958, en el seno de una familia de maestros del cante. Es bisnieta de Pinin, sobrina nieta de La Perrata, nieta de Fernanda y Bernarda de Utrera, prima de Lebrijano y hermana del desaparecido guitarrista Pedro Bacán, que la descubrió al gran público en el Festival de Aviñón de 1992. Recorrió los escenarios nacionales e internacionales con la Compañía Pedro Bacán y la familia gitana de los Pinin, o acompañada sólo por su hermano, hasta la muerte accidental de este 1997. A partir de entonces, Inés actúa por todo el mundo con su recital en solitario o con artistas como la bailaora Concha Vargas, el cantaor José Valencia, músicos gnauas, la cantante marroquí Amina Aloui o el oudista Sofiane Negra, músicos persas, indios…
Ha trabajado en diferentes espectáculos de Israel Galván, como El final de este estado de cosas, redux y La Curva.