Una celebración de la belleza surgida de lo imperfecto, la simetría y lo irregular. La coreógrafa y bailarina Lorena Nogal, miembro de la aplaudida La Veronal, presenta un manifiesto expresado a través de un cuerpo vulnerable que flota y se mueve entre su pasado y su futuro.
Sinopsis
Grietas que no enseñan, sino que sugieren y nos invitan a convivir con nuevas realidades. El elogio de la fisura es aquel traspaso entre el ahora y el cambio: un proceso de transformación y la búsqueda de una nueva versión de uno mismo. La coreógrafa y bailarina Lorena Nogal, miembro de la prestigiosa La Veronal, nos presenta una celebración de la autoaceptación y la belleza surgida del imperfecto, de la asimetría y de toda cosa irregular. Un manifiesto coreografiado en que Nogal expresa a través de movimientos un cuerpo flojo, vulnerable y desestructurado que flota y se mueve en un escenario de transición entre lo que era y aquello en lo que se está convirtiendo; entre el pasado y el innegable presente. Con esta pieza corta, pero intensa, Nogal camina, se abraza y fluye por primera vez como creadora sobre el escenario del Temporada Alta.