Romeo Castellucci uno de los dramaturgos más radicales del teatro europeo lleva a escena Bros, un montaje en el cual comedia, tragedia y violencia se reflejan mutuamente. Está a cargo de unos intérpretes no profesionales comprometidos en la obediencia ciega.

Sinopsis

Una convocatoria pública ha llevado hasta el escenario a una veintena larga de intérpretes que no son necesariamente profesionales, sino que, preferiblemente, son gente de la calle. Los encontraréis vestidos con uniformes que recuerdan a los de los agentes de policía estadounidenses de los años 60. Han suscrito un pacto formal por el que se comprometen a seguir a ciegas las directrices del director, aunque no entiendan nada de nada. Saldrán a escena tras haber participado en una breve sesión informativa el día anterior y no dirán ningún texto, puesto que el montaje prescinde casi totalmente de las palabras. Solo se les pide que ejecuten exactamente las acciones específicas e individualizadas que se les pida a través de unos auriculares. Aquí, como dice el mismo Romeo Castellucci, «no hay improvisación, sino el abismo de un presente absoluto ». Los intérpretes ni actúan ni improvisan, sino que ejecutan las acciones tal como se les ordena.

El resultado es un movimiento organizado de intérpretes que realizan acciones predeterminadas de una forma que inquieta ya que no muestran los aspectos oscuros que se derivan de esta obediencia ciega, pero que también mueve a la risa. El cine mudo, con esas imágenes de agentes de policía que parecen la repetición infinita de un mismo personaje, es uno de los referentes visuales posibles de un montaje cómico y violento a la vez, una propuesta con interpretación abierta que suscita reflexiones diversas en cada espectador. ¿Es posible una sociedad sin cuerpos policiales? ¿Qué responsabilidad individual por sus actos tienen estos integrantes de un cuerpo sometido a la disciplina?

Es la nueva creación de un artista nacido en 1960 en Cesena (Italia). Dramaturgo y director, es el creador de un teatro lleno de imágenes de una gran plasticidad, complejo y a menudo lleno de referencias a la cultura y la iconografía cristianas. Considerado como uno de los grandes renovadores de la escena europea, en 2005 fue nombrado director de la sección de Teatro de la Bienal de Venecia y en 2008, « artista asociado» a la dirección artística de la 62.ª edición del Festival de Aviñón. En el año 2009, se vio en el Grec su trilogía inspirada en La Divina Comedia, de Dante, integrada por los montajes InfernoPurgatorio y Paradiso. En el año 2011, y también como parte de la programación del Grec, el artista reclutó a una serie de ciudadanos y ciudadanas para intervenir en las escenas de inspiración religiosa que formaban parte de una especie de vía crucis laico y escénico que se tituló Sobre el concepte de rostre, en el Fill de Déu (Sobre el concepto de rostro, en el Hijo de Dios). Entre las últimas creaciones del artista se encuentran la puesta en escena de la ópera de Strauss Salomé para el Salzburger Festspiele de 2018, el Réquiem de Mozart que llevó al Festival de Aix-En-Provence en 2019 y, ya en 2021, una puesta en escena transgresora y extravagante del Don Giovanni de Mozart vista en el Festival de Salzburgo y la instalación Pavane für Prometheus para la edición del año pasado del Beethovenfest.

Duración:
Idioma:
En llenguatge desconegut
Sinopsis

Una convocatoria pública ha llevado hasta el escenario a una veintena larga de intérpretes que no son necesariamente profesionales, sino que, preferiblemente, son gente de la calle. Los encontraréis vestidos con uniformes que recuerdan a los de los agentes de policía estadounidenses de los años 60. Han suscrito un pacto formal por el que se comprometen a seguir a ciegas las directrices del director, aunque no entiendan nada de nada. Saldrán a escena tras haber participado en una breve sesión informativa el día anterior y no dirán ningún texto, puesto que el montaje prescinde casi totalmente de las palabras. Solo se les pide que ejecuten exactamente las acciones específicas e individualizadas que se les pida a través de unos auriculares. Aquí, como dice el mismo Romeo Castellucci, «no hay improvisación, sino el abismo de un presente absoluto ». Los intérpretes ni actúan ni improvisan, sino que ejecutan las acciones tal como se les ordena.

El resultado es un movimiento organizado de intérpretes que realizan acciones predeterminadas de una forma que inquieta ya que no muestran los aspectos oscuros que se derivan de esta obediencia ciega, pero que también mueve a la risa. El cine mudo, con esas imágenes de agentes de policía que parecen la repetición infinita de un mismo personaje, es uno de los referentes visuales posibles de un montaje cómico y violento a la vez, una propuesta con interpretación abierta que suscita reflexiones diversas en cada espectador. ¿Es posible una sociedad sin cuerpos policiales? ¿Qué responsabilidad individual por sus actos tienen estos integrantes de un cuerpo sometido a la disciplina?

Es la nueva creación de un artista nacido en 1960 en Cesena (Italia). Dramaturgo y director, es el creador de un teatro lleno de imágenes de una gran plasticidad, complejo y a menudo lleno de referencias a la cultura y la iconografía cristianas. Considerado como uno de los grandes renovadores de la escena europea, en 2005 fue nombrado director de la sección de Teatro de la Bienal de Venecia y en 2008, « artista asociado» a la dirección artística de la 62.ª edición del Festival de Aviñón. En el año 2009, se vio en el Grec su trilogía inspirada en La Divina Comedia, de Dante, integrada por los montajes InfernoPurgatorio y Paradiso. En el año 2011, y también como parte de la programación del Grec, el artista reclutó a una serie de ciudadanos y ciudadanas para intervenir en las escenas de inspiración religiosa que formaban parte de una especie de vía crucis laico y escénico que se tituló Sobre el concepte de rostre, en el Fill de Déu (Sobre el concepto de rostro, en el Hijo de Dios). Entre las últimas creaciones del artista se encuentran la puesta en escena de la ópera de Strauss Salomé para el Salzburger Festspiele de 2018, el Réquiem de Mozart que llevó al Festival de Aix-En-Provence en 2019 y, ya en 2021, una puesta en escena transgresora y extravagante del Don Giovanni de Mozart vista en el Festival de Salzburgo y la instalación Pavane für Prometheus para la edición del año pasado del Beethovenfest.

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Opiniones del espectáculo 3
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