Martí Torras: 'Gracias a la risa puedo romper la solemnidad de algunos personajes'

Neus Molina Alfonso

Nos encontramos en el Teatre Lliure de Gràcia, que esta Navidad será la segunda o la tercera casa de Martí Torras. El dramaturgo de Montmeló estreno dos espectáculos: La Taberna de los Bufons en el Teatro Romea, un ejercicio quimérico donde los cómics olvidados «le toman la palabra» a Shakespeare y Rhümia, en el Teatre Lliure.

De nuevo, Martí nos hace reír, nos hace enternecer y nos hace pensar.

TEATRE BARCELONA: Estrenos del 20 de diciembre tu última propuesta, La Taberna de los Bufones, de nuevo vinculada con el humor y acompañado de Carles Canut y Joan Pera. ¿Qué encuentras en el humor que no está en otras temáticas o géneros?

En todos mis espectáculos me gusta encontrar la comicidad pero también la emoción tras la comicidad. No me gusta que sea una risa para reír sino encontrar el animeta dentro de los personajes y ver cuál es el punto donde se ponen en ridículo. Me gusta romper la solemnidad de algunos personajes y si lo hacemos haciendo reír mejor

En La Taberna de los Bufons hay un claro homenaje a William Kemp y Robert Armin, los cómics olvidados y denostados por el mismo Shakespeare, para hacerlo has ido a buscar a los dos grandes cómicos catalanes… ¿Cómo es trabajar con Joan Pera y Carles Canut?

Pues son grandes, muy grandes en todos los sentidos y saben mucho! Por suerte he encontrado mucha complicidad, los escucho y aprendo. Para ellos también es un reto para que los pongo en un terreno complicado ya que los intento alejarse del confort.

Aún así, los dos personajes que interpretan, Kemp y Armin, están escritos pensando en ellos y para ellos. En cada uno hay un poco de la personalidad de los dos actores. Carlos no sorprenderá tanto porque el público ya lo ha visto en otros registros pero por Joan Pera sí que es un cambio de tesitura … aunque he mantenido parte de su humor!

Además de Pera y Canut, el tercero en discordia es en Dafnis Balduz, ¿como defines su encaje dentro de la producción?

Dafnis es el contrapunto generacional, es quien, no siendo un actor joven, acabará dando la gloria a los dos actores olvidados.

Para mí este montaje es un homenaje a los cómics de avanzada edad y de alguna manera también es un homenaje a los comediantes porque a veces la comedia es un género que se puede llegar menospreciar … aunque los actores mismos dicen que es más difícil hacer reír que llorar.

Esta vez revisas un Shakespeare como ya lo hacías a Desdémona? Con Shakespeare vale todo, ¿es una fuente inagotable?

Lo que he intentado no era hacer un collage de las obras de Shakespeare, sino Denise Duncan y yo hemos querido hacer un ejercicio quimérico, coger replica a réplica e ir cosiendo y así construir un nuevo texto en clave de comedia.

Este texto puede servir como homenaje a Shakespeare después de los 400 años de su muerte, pero lo que hacemos es de alguna manera darle más valores a los dos secundarios, a los dos personajes cómicos que nadie ha valorado históricamente y eran los más populares de la época.

Gracias al texto, a las réplicas cosidas y descontextualizadas, y convirtiéndose en protagonistas los dos secundarios, ponemos en ridículo a Shakespeare, nos reímos de él y le perdemos un poco el respeto. Respeto, que por otra parte, él tampoco tuvo con los dos comediantes.

Tus propuestas suelen ser atemporales, populares y cómicas pero este año te decidiste a hablar con tus alumnos de Eolia los niños desaparecidos del franquismo, ¿como te sientes en otros registros?

No me quiero encasillar como un director que sólo hace comedias, últimamente he dirigido Ciara, y otras obras dramáticas. Apuesto por la comedia porque creo que tenemos que reír más, pero tengo otros proyectos con otros registros.

Para mí lo más importante es que la persona que va a menudo al teatro y la que no vaya nunca, sienta que el espectáculo lo atrapa, le roba el animeta. El teatro popular es el que llega a todo el mundo. Con La Taberna de los bufones pretendo acercar Shakespeare al a gente que piense que era un plomo. Si lo conseguimos con sus bufones será genial.

Por ahora tengo otras cosas en la cabeza que no son cómicas, me apetece ponerme en riesgo, trabajar diferentes registros …

Hablamos de las otras facetas teatrales. Eres docente, la de técnico de luces, iluminador, la de escenógrafo… ¿Donde te sientes más cómodo y por qué?

Estoy cómodo haciendo de director, es donde me siento mejor. Cuando hago creación intento trabajar con un dramaturgo para canalizar mis ideas, porque a mí me gusta volar.

Hacer de técnico, de maquinista, de escenógrafo son oficios que hago por necesidades y por economía, pero me gusta porque aprendo y cuando estoy en un montaje grande, como estos dos de esta Navidad, me doy cuenta que puedo hablar mismo lenguaje de los técnicos.

He hecho de todo en el mundo del teatro, y todos y cada uno de los oficios en el teatro son vitales. Me merece el mismo respeto un actor que un técnico. Todos trabajamos con un fin común. Cuando más unido está el equipo mejor todo.

Para mí el teatro es un hecho colectivo, se dice que «sin un actor no habría teatro» pero tampoco sería sin luces, sin sonido, sin vestuario… Todo el mundo participa y todo el mundo es necesario. Cuando se pierde de vista esto, se hace mucho daño al teatro.

Siempre has estado vinculado a la dirección de teatro amateur, ¿qué ventajas encuentras cuando trabajas con no-profesionales?

En Montmeló trabajo con gente amateur en proyectos puntuales. También en otros pueblos de toda Cataluña.

El motor, lo más importante para ellos, por aficionados, es siempre la ilusión y la ilusión mueve montañas, tienen ganas de hacerlo bien y pasarlo bien. Así de fácil.

Además, trabajar con no-profesionales te baja a la tierra, este mundo, el del teatro profesional, devora mucho y yo pienso a menudo que «sólo hacemos teatro». No hay ninguna necesidad de pasarlo mal haciendo un espectáculo. Sufrir no tiene sentido.

Y seguimos con más facetas… También diriges conciertos musicales. ¿En qué consiste este trabajo? ¿Qué te piden los músicos?

A los músicos les haces de espejo, acabas haciendo que algunas decisiones se tomen más rápidamente. Trabajo con la disposición de escena, el juego entre los músicos, la interacción con el público… También en el orden de las canciones y la construcción de un recorrido dramático porque el espectador no pierda la atención.

¿Con quién has trabajado?

Con La Pegatina, Els Catarres, Las Mamzelles, Blaumar, Strombers, Clara Luna o Los Berros de la Cort. Me gusta porque puedo investigar con diferentes géneros musicales, desde el jazz hasta la música medieval!

Ya hemos hablado mucho de Rhum pero ahora vuelve con Rhum, la segunda y galardonada parte de la historia de los payasos Pepino, Arquetti, Giuliani y Martines. ¿Como vivís esta segunda estancia en el Teatre Lliure?

Con ganas y cambios: ya no tenemos a Guillem Albà y como a mí me gusta trabajar siempre con un punto de verdad pues este espectáculo, esta segunda parte, es la historia de cómo la familia de Rhum & cia adopta un nuevo miembro: Mauro Paganini También veremos la casa de los Rhum por dentro. Todas las casas son un circo ¡y la suya no podía ser menos!

¿Tendremos Rhum 3?

Ya veremos! Ganas de seguir haciendo cosas juntos hay y tenemos muchos bolos, por tanto Rhum & cia estará corriendo y haciendo reír por los escenarios!

¿Por qué tenemos que ir a ver sus espectáculos esta Navidad?

Pues porque reiréis, escuchará música en directo y quizás podemos tocar el alma…

Escrito por
Neus Molina Alfonso

Periodista, profesora e investigadora del Departamento de Medios, Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de Barcelona y docente en el Grado en Estudios Socioculturales de Gènere. Ha trabajado como jefe de prensa en festivales de teatro y cine y como redactora en agencias de noticias y colaboradora en diferentes medios de comunicación de Barcelona y Madrid.

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